Retos del Tercer Sector de Acción Social en 2017 y propuestas para afrontarlos

Diana con un dardo en el centro.

Más complicado aún es tratar de conocer en profundidad la situación del sector, porque su consolidación es reciente y aún no ha sido muy estudiado. Sin embargo, en los últimos años ha ido recibiendo progresivamente mayor atención y análisis y, nosotros, desde Fresno, como consultora estratégica especializada en temáticas sociales, hemos tenido la suerte de participar en varias iniciativas cuyo fin era, precisamente, profundizar en el conocimiento de la realidad del Tercer Sector de Acción Social en nuestro país. 

Hemos colaborado en múltiples ocasiones con la Plataforma de ONG de Acción Social en diversos estudios y publicaciones de carácter diagnóstico o prospectivo, la más reciente el III Plan Estratégico del Tercer Sector de Acción Social 2017- 2021. Los resultados de estos estudios coinciden en resaltar varios factores que han influido de forma determinante en la situación de las ONG de Acción Social españolas en esta década:  los efectos de la crisis, los cambios sociales y normativos, los nuevos movimientos sociales… Comprender mejor cuáles han sido estas cuestiones fundamentales en la evolución del sector nos ha llevado, a su vez, a una mejor comprensión de los retos a los que se enfrenta y a los que debe dar una solución satisfactoria. Aunque estos retos son múltiples y de muy diversa naturaleza, a lo largo del trabajo de análisis los fuimos agrupando en 6, a la vez que se fueron generando propuestas de avance que han servido para trazar la hoja de ruta del futuro del TSAS en los próximos 4 años:

Reto 1. Mejorar la colaboración interna y el trabajo en red: existe un gran consenso en admitir que una mayor y mejor colaboración y trabajo conjunto entre las entidades producirá un sector más fuerte y sostenible. Sin embargo, la cooperación en el plano operativo sigue siendo un desafío, pues existen importantes disfuncionalidades asociadas a la atomización del sector.

Propuestas para avanzar en este reto:

  • Desarrollar y utilizar herramientas, métodos, formación, etc. que permitan prestar mejores servicios a las personas y lograr un mayor impacto. Para conseguirlo es fundamental crear espacios conjuntos desde los cuales se sistematice, se den a conocer y se compartan aquellas experiencias que ya han demostrado ser buenas prácticas.
  • Avanzar en el diseño e implementación de proyectos conjuntos que aborden problemáticas o retos comunes. Las alianzas estratégicas entre entidades que pueden aportar experiencia y servicios complementarios son fundamentales para evitar duplicidades y rentabilizar los esfuerzos y recursos existentes.


Reto 2. Avanzar en la articulación del sector para mejorar su papel de interlocución social, su visibilidad pública y su coordinación territorial:
en los últimos años han habido algunos avances importantes en la articulación del sector. Especialmente la creación de la Plataforma del Tercer Sector ha tenido efectos muy positivos, pues ha alcanzado el reconocimiento como actor -interlocutor frente al sector público estatal. Sin embargo, aún es necesario lograr dicho reconocimiento en los diferentes niveles administrativos territoriales.

Por otra parte, la ciudadanía desconoce en gran medida el papel del sector y sus entidades y su contribución al bienestar social, mientras otros movimientos e iniciativas ganan cada vez más espacio de visibilidad. Así, su papel en la configuración de la opinión pública está también por debajo del potencial.

Propuestas para avanzar en este reto:

  • Construir una agenda compartida de los temas en los que se necesita incidir, así como una estrategia de seguimiento de las normas y políticas que afectan.
  • Favorecer el desarrollo normativo y los mecanismos y canales que posibiliten el diálogo civil en todos los territorios.
  • Mejorar la difusión y comunicación que se hace como sector. Para ello, es fundamental darle más importancia a la producción de conocimiento sobre su impacto positivo en la sociedad y sobre la eficacia de sus métodos. Esto requiere hacer avances en la forma en que se recopila la información y apostar por una cultura de evaluación de impacto.

Reto 3. Alcanzar la sostenibilidad financiera: La dependencia financiera del Estado, la vulnerabilidad en que se han visto muchas organizaciones durante y tras la crisis y la creciente competencia mercantil condicionan enormemente la capacidad de actuación del TSAS.

Propuestas para avanzar en este reto:

  • Contar con estrategias de diversificación de las fuentes de financiación, analizando para cada tipo de financiador, sea público o privado, cuál es la mejor estrategia y cómo se pueden rentabilizar y complementar mejor los distintos recursos, especialmente aquellos que proceden de la Unión Europea.
  • Propiciar modificaciones normativas y fiscales que favorezcan al sector: mejorar los incentivos fiscales a las donaciones, voluntariado, etc., reformar la normativa del IVA, generalizar las cláusulas sociales en la contratación pública…
  • Llevar a cabo iniciativas de cooperación y colaboración entre entidades de la economía social y el TSAS basadas en la complementariedad.

Reto 4. Legitimarse por la eficacia, la calidad y el impacto. Tradicionalmente, las entidades han buscado su legitimación social por estar al lado de las causas éticas y la ausencia de ánimo de lucro. Pero actualmente la opinión pública exige además eficiencia en el uso de los recursos, por lo que las organizaciones deberán demostrar cada vez mejor los resultados y el impacto logrado en sus actuaciones.

Propuestas para avanzar en este reto:

  • Introducir mejoras en la gestión de las organizaciones.
  • Avanzar en la profesionalización e implantación de sistemas de calidad.
  • Mejorar la transparencia, los sistemas de rendición de cuentas y su capacidad para mostrar el impacto de su trabajo en las personas y el retorno que eso supone para la sociedad.
  • … todo ello, sin perder su valor social e inclusivo.

Reto 5. Avanzar en las relaciones de colaboración entre las esferas de bienestar: la cooperación efectiva del TSAS con las administraciones públicas es escasa y tiene deficiencias normativas importantes; la situación de las relaciones con el tejido empresarial es, en general, aún más precaria; y las entidades están cada vez más alejadas de sus bases sociales y de las iniciativas de solidaridad primaria.

Propuestas para avanzar en este reto:

  • Superar las orientaciones instrumentales en las relaciones con la administración pública para explorar nuevas posibilidades de colaboración, que permitan complementar mejor los servicios que se prestan. Llevar a cabo iniciativas piloto que exploren nuevos sistemas de cooperación supondría un avance importante, especialmente teniendo en cuenta las oportunidades que ofrece la nueva Ley de contratación pública.
  • Superar la desconfianza en el sector empresarial y buscar nuevos modelos de relación, basados en la innovación, la tecnología, etc.
  • Fomentar un voluntariado comprometido y más participativo, con mayores espacios relacionales y un mayor liderazgo de la comunidad, teniendo en cuenta que la motivación de las personas está cambiando: las personas cada vez se vinculan más a las causas y menos a las organizaciones. Esto supone revisar las estrategias y los sistemas de captación y gestión del voluntariado.

Reto 6. Innovar en la respuesta a las necesidades y demandas sociales y en las relaciones generadas. Aunque en la teoría la “retórica” de la innovación ha calado en el TSAS, en la práctica su desarrollo es aún limitado. La mayoría de entidades se mantienen en un rol de prestador de servicios y la conexión con experiencias sociales alternativas es muy limitada.

Propuestas para avanzar en este reto:

  • Ensayar y pilotar nuevas fórmulas de atención a las personas desde la comunidad.
  • Explorar el potencial de la tecnología en su aplicación a lo social.
  • Consolidar los espacios de generación de ideas – laboratorios así como las relaciones con redes de conocimiento y actores académicos, siempre desde la complementariedad.

«Profundizar en estos retos ha sido de gran utilidad a la hora de plantear los siguientes pasos que el TSAS quiere dar para avanzar en el modelo de acción social al que aspira.  Para nosotros estar presente en este proceso ha supuesto un desafío, pero sobre todo un privilegio.»