Métodos de formación e-learning para personas adultas

Persona utilizando un ordenador.

El aprendizaje en personas adultas favorece un desarrollo profesional coherente que permite que las personas sigan siendo competitivas en el mercado laboral. Su papel, por tanto, es esencial tanto para que las sociedades puedan hacer frente a sus retos económicos y del mercado de trabajo, como por su contribución a la cohesión social y a la inclusión de todas las personas con una mayor igualdad de oportunidades. Con reconocimiento expreso a su importancia en la Agenda 2030[1] y protagonismo creciente en las políticas públicas, tanto por oferta como por demanda, la formación de personas adultas es un fenómeno en alza. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, durante el curso 2019-2020, las matriculaciones de personas adultas a formación no reglada aumentaron hasta llegar a las 302.194. La pandemia no hizo sino acelerar aún más la tendencia.

Por todo ello, para las entidades del ámbito social es de vital importancia proporcionar programas de aprendizaje para personas adultas orientados a garantizar una mayor equidad y reducir las posibles brechas de empleabilidad e inclusión social que se pueden dar una vez terminada la formación inicial. Por otra parte, también para su propio desarrollo organizativo deben contar con metodologías y estrategias formativas efectivas que les ayuden a desarrollar el conocimiento y creatividad de los equipos y fomenten la innovación. 

Para que estos programas tengan éxito y logren cumplir con los objetivos de aprendizaje, será crucial contar con metodologías y modelos pedagógicos adaptados a las características del aprendizaje en la edad adulta y al perfil de cada una de las personas participantes en cada programa. Por otro lado, se deberán concebir los contenidos y las distintas actividades con suficiente flexibilidad como para que puedan ser útiles en diferentes contextos.

¿Cuáles son las características del aprendizaje en la edad adulta?

El aprendizaje en personas adultas presenta grandes diferencias respecto a otras etapas de la vida como la infancia o la juventud, diferencias que habrá que considerar desde el punto de vista metodológico y pedagógico para configurar una formación de éxito. Los objetivos que persiguen las personas adultas que realizan actividades de formación pueden ser muy diversos: desarrollo y capacitación personal, preparación inicial o formación continua para la vida laboral, adquisición y actualización de conocimientos que conducen a la obtención de un título oficial, etc. Así, por ejemplo, las personas adultas suelen orientarse más a una formación centrada en la solución de problemas que a la búsqueda del aprendizaje de contenidos y se involucran en el diseño y planificación de su enseñanza.

Esto implica que la metodología de la formación para personas adultas idealmente debería estar basada tanto en el qué y como en el cómo, prestando tanta atención a los contenidos como a la forma en que éstos se presentarán. En esta tarea, nos podemos apoyar en algunas de las premisas sobre el aprendizaje derivadas del neuroaprendizaje, por ejemplo: 

  • Aprendemos de aquello que nos genera curiosidad y novedad porque genera atención.
  • Para activar el interés y generar recuerdo es imprescindible provocar emoción.
  • El aprendizaje es social.
  • La práctica continua ayuda a consolidar el aprendizaje.
  • El juego facilita el aprendizaje de manera rápida.

 Con esta forma de diseñar la metodología se busca conseguir que la persona participante tenga una experiencia de aprendizaje de calidad y significativa, lo que se conseguirá poniendo al protagonista en el centro, buscando adquirir conocimientos tomando como base las enseñanzas anteriores. Es un aprendizaje activo, basado en el modelo constructivista, en el que las personas participantes construyen, seleccionan y transforman información por sí solas. Además, la inclusión de técnicas novedosas de disciplinas como el coaching, el storytelling o el design thinking son fundamentales para que las personas sientan que están realizando tareas auténticas, relevantes y útiles para el mundo real.

Una propuesta de metodología y modelo común basada en 4 principios

Con todo ello, proponemos el siguiente modelo de aprendizaje de personas adultas en el entorno online, basado en 4 principios clave, y que se fundamenta en la idea de que cada persona es única atendiendo a cómo responde a estímulos, intereses, el grado de desarrollo de su inteligencia emocional o las distintas competencias adquiridas. De ahí que nuestra propuesta plantee variedad de enfoques y técnicas pedagógicas.

  1. Las personas adultas deben estar implicadas en el desarrollo y evaluación de su aprendizaje. Es importante que las personas tengan un papel activo en su experiencia y se buscará involucrarlas desde un principio, tanto en la fase preparatoria, como en el desarrollo del curso y la evaluación final.

En la primera fase se podrá realizar, por ejemplo, un breve cuestionario a las personas inscritas con el objeto de hacer un primer tanteo sobre habilidades, motivaciones… Más adelante, a través de otra encuesta más específica, se tratarían propuestas de temas de reflexión. Durante el curso, el equipo docente también podría hacer una identificación de posibles mejoras a través de la interacción mantenida en ediciones anteriores y de los intereses y motivaciones que el alumnado vaya expresando a través de comentarios que los alumnos vayan depositando en foros, chats, etc. Al finalizar el curso, se les puede enviar un cuestionario de evaluación para conocer la valoración respecto a la metodología y el equipo docente, el cual también tendrá que identificar posibles mejoras.

  1. Las personas adultas aprenden cuando pueden experimentar y conectar lo aprendido con experiencias. Es importante crear un entorno de aprendizaje desde la experiencia, en el que las personas se sientan libres y no cuestionadas. Para ello, en cada módulo o tema se podrá plantear una reflexión a través de un foro sobre alguna cuestión relacionada con el contenido. Asimismo, se podrán plantear ejercicios de desarrollo y presentación de forma individual o grupal.
  1. Las personas adultas aprenden cuando el aprendizaje se centra en la resolución de sus problemas. Parar lograr este objetivo, se podrían utilizar cuestionarios previos en los que se traten problemas que preocupen a las personas participantes, foros de reflexión en los que se debatan diferentes problemas, encuentros con empresas o bancos de buenas prácticas, por ejemplo. 
  1. Las personas adultas aprenden cuando conocen la relevancia del aprendizaje y el impacto positivo. Las personas se involucran más cuando conocen el impacto y los beneficios. Para ello, se podrán incorporar experiencias inspiradoras o testimonios reales que permitan entender cómo se ha resuelto una necesidad y se incentivará el diálogo.

Según la Universidad de la Rioja, desde el año 2000, el sector de la Educación Online ha crecido en un 900 %. Con una tasa de participación en España de un 9,9% de hombres y un 12,0% de mujeres con edades comprendidas entre 25 y 64 en el año 2020. Este modelo destaca por centrarse en la resolución de problemas y permitir a las personas involucrarse en el diseño y planificación de su proceso de enseñanza. En su implementación, hemos constatado cómo las personas aumentan su nivel de implicación en su propia formación, crece su participación y se reduce el abandono. 

[1] La Agenda 2030, establece como objetivo promover políticas orientadas al desarrollo que apoyen las actividades productivas, la creación de puestos de trabajo decentes, el emprendimiento, la creatividad y la innovación, y fomentar la formalización y el crecimiento de las microempresas y las pequeñas y medianas empresas. Para ello, pone un énfasis especial en la importancia de la educación, por lo que propone, de aquí a 2030, asegurar que todos los jóvenes y una proporción considerable de los adultos, tanto hombres como mujeres, estén alfabetizados y tengan nociones elementales de aritmética; así como aumentar considerablemente el número de jóvenes y adultos que tienen las competencias necesarias, en particular técnicas y profesionales, para acceder al empleo, el trabajo decente y el emprendimiento.