Desde la perspectiva del Tercer Sector, la formación de personas adultas enfrenta retos particulares.
- Formación del personal
Por un lado, la formación de los equipos y voluntariado de las entidades, quienes necesitan estar actualizados en competencias relevantes para sus servicios.
Por ejemplo, las personas que trabajan en el ámbito sociosanitario también tenéis, que trabajan en la intersección de los servicios sociales y de salud, necesitan formación específica y continua para estar al día con las mejores prácticas y tecnologías emergentes. Además, la pandemia ha resaltado la importancia de la flexibilidad y la rapidez en la actualización de sus conocimientos, especialmente en áreas como el uso de equipos médicos avanzados o la gestión de emergencias sanitarias.
- Formación de las personas destinatarias
Por otro lado, destaca la formación de personas en situación de vulnerabilidad, quienes a menudo tienen una baja cualificación y necesitan métodos de enseñanza adaptados a sus necesidades específicas, algo crucial para su integración social y laboral. Este colectivo enfrenta barreras significativas para acceder a la educación y el empleo. Las entidades del Tercer Sector deben diseñar programas de formación que sean inclusivos y accesibles, utilizando enfoques pedagógicos adaptados a las necesidades de estos grupos.
Por ejemplo, la Fundación Secretariado Gitano ha desarrollado programas específicos para la comunidad gitana, combinando la formación en habilidades digitales con apoyo personalizado y tutorizado. Estos programas no solo enseñan competencias técnicas, sino que también fortalecen la confianza y la autoestima de las personas participantes, preparándolas para el mercado laboral. Por ejemplo, en el proyecto Mercaemprende, la virtualización de los contenidos adaptada a formato móvil fue una clave de éxito de esta iniciativa
- Personalización, flexibilidad y mentorización
La clave para el éxito de estos programas radica en la personalización y la flexibilidad. Es esencial ofrecer formación en un formato que las personas participantes puedan entender fácilmente, con contenidos relevantes y prácticas que reflejen situaciones reales. Además, el apoyo continuo y la mentorización son fundamentales para ayudarles a superar las barreras personales y estructurales que enfrentan.
Un ejemplo es el desarrollado con Ayuda en Acción en el que desarrollamos itinerarios formativos para la adquisición de competencias clave para familias migrantes de la Comunidad Valenciana, el cual se enfocó en la enseñanza de lengua española y la alfabetización digital.
- Brecha digital
Las entidades sociales deben innovar constantemente para superar la brecha digital y encontrar nuevas fórmulas educativas. Por ello, la formación de personas adultas debe ser más práctica y orientada a la aplicación real de conocimientos. Esto significa que las metodologías tradicionales deben complementarse con enfoques prácticos, como talleres, simulaciones y aprendizajes basados en proyectos. Los equipos de profesionales necesitan adquirir habilidades prácticas que puedan aplicar directamente en sus roles, mejorando así su eficacia y eficiencia en el trabajo diario.
En este sentido, desde Fresno hemos apoyado en la creación de comunidades de aprendizaje y espacios de gestión del conocimiento, implementando plataformas virtuales de aprendizaje y diseñando contenidos educativos interactivos y accesibles para ambos perfiles. Por ejemplo, junto a la Fundación ONCE y CERMI Estatal, hemos impulsado COMPASSS, la primera Comunidad Online de Aprendizaje para la Sostenibilidad del Sector Social.